lunes, 15 de octubre de 2018

El deterioro de un barrio #perunbarridigne

Este post está desactualizado. A todo lo que digo faltaría añadir dos episodios bastante tristes de los últimos días, podéis ver las imágenes de las inundaciones aquí y aquí. ¿No se puede hacer nada para que esto no ocurra? ¿Seguro? #perunbarridigne

Desde hace cuatro años vivo y trabajo en Tarragona ciudad. De hecho al principio me costó mucho creer que, acostumbrado como estaba a tener que viajar hora y cuarto para trabajar, ahora apenas tardara cinco minutos desde la puerta de mi casa a la puerta de mi negocio. Recuerdo estar mirando unos cuantos pisos y unos cuantos locales por toda la ciudad y sorprenderme con que los precios más bajos estaban en la zona en la que vivo y trabajo, lo que se conoce como la part baixa o el barri del port

Recuerdo preguntarle al de la inmobiliaria directamente, a veces tengo esas cosas, que me dijera qué gato había encerrado. No me parecía normal que pisos amueblados o semiamueblados tuvieran un precio tan bajo -comparativamente hablando- a con otras zonas de la ciudad que me habían parecido más interesantes para vivir. Su respuesta fue algo asi como "la inmigración y esas cosas", me pareció curioso que me dijera algo así, siendo también él un extranjero afincado en la ciudad desde hace muchos años, como él mismo me confirmó en nuestras conversaciones. 

Puede parecer que no voy a ningún sitio, pero sí que voy, no se asusten.


El caso es que tras pensárnoslo mucho tomamos la decisión que creíamos más oportuna y nos vinimos a vivir a este barrio. Resulta inquietante que encontrara también un local en la misma zona, como he dicho, a apenas cinco minutos de distancia caminando desde mi casa. Además, estaba al lado de la estación de RENFE y apenas había que hacer obras, así que después de hablarlo un poco, también nos decidimos por ese local. 

Yo no soy de aquí, llevo viviendo aquí cuatro años, mi mujer sí que se había movido por la ciudad pero nunca había vivido aquí, ya que su familia vivía y vive en un pueblo cercano. Cuando llegamos no vimos mucho problema, se veía un barrio humilde y ya esta, los vecinos de nuestro bloque eran (y son) majos, educados y no tuvimos ni hemos tenido el menor problema con ellos. Sin embargo, tras hacer un par de comidas familiares descubrimos que este barrio tenía "mala fama". Huyo un poco de esas mierdas porque siempre me han parecido pretenciosas. En todos sitios pasan cosas pero... empezaron a intentar meterme el miedo en el cuerpo. Lo consiguieron un poco.

Tanto es así que los primeros meses, mi mujer aún estaba estudiando la carrera e iba un par de días a la semana a la universidad en Barcelona. Llegaba tarde, a las 22h. Según lo que me habían dicho estaba viviendo en una especie de Bronx chungo en el que a partir de que se ponía el sol, las aceras se llenaban de maleantes. El primer día recuerdo haber estado currando a saco arreglando el local para abrir nuestro negocio cuando dieron las 21:55h, recibí un mensaje escueto: Torredembarra. Era nuestra señal así que fui para la estación. Me lié un cigarro, me metí las llaves en el pantalón y dije: tonto el último. 

Mi tremenda sorpresa fue salir a la calle y no ver a nadie (debía ser noviembre, aunque el bendito y extraño clima de esta ciudad lo convertía en un septiembre algo frío), salvo dos o tres  personas que iban paseando a sus perros. Nada. 

Esto es porque es entre semana, vas a ver como se lía fijo.



Así que durante el primer mes, cada vez que ella venía del tren la iba a buscar, no me fiaba del entorno en el que vivía. Después del primer mes se hizo evidente que lo que me habían dicho era mentira y que no corríamos peligro. Desde entonces hasta hace unos meses, medio año o así, eso ha sido cierto. He renegado y defendido estas calles, diciéndole a la gente que me decía "ufff" cuando le comentaba que vivía aquí, que no era para tanto, que tenía sus cosas pero bah, nada fuera de lo normal.

En el negocio igual. Toquemos madera pero nunca han intentado entrarme a robar ni les han robado a mis clientes. Salvo algún borrachuzo de primera hora y cosas así muy puntuales, nunca he tenido la sensación de agobio, de creer que podía pasar algo en cualquier momento. 

No puedo decir lo mismo ahora. No conozco tanto las dinámicas de la ciudad como para saber de dónde vienen los problemas. Oigo a vecinos hablar sobre que los problemas que antes estaban en la part alta ahora han bajado aquí. Ellos saben mejor que yo qué está pasando, yo solo veo los resultados. Los resultados son que yo no veo este barrio sin posibilidades, pero tampoco sé si me apetece estar mucho más tiempo aquí. Llámale miedo si quieres pero no tengo ganas de vivir en tensión. 

Veo noticias constantemente en el blog de la asociación de vecinos del barrio (que está haciendo un trabajo excelente recopilando información y haciendo ruido) que me impulsan a tomar la decisión de salir por patas. Solo cuatro años de mi vida me atan a este barrio pero me da bastante pena ver la rápida y escandalosa ruina en la que la inacción de políticos y autoridades lo están convirtiendo. Los políticos de esta ciudad tienen la cabeza demasiado metida en su propio culo, tanto que no pueden ver ni la mierda que les inunda constantemente. Hay muchos problemas, pero no es la suciedad o las ocasionales peleas lo que hace que la gente estemos hasta las narices. La inseguridad con la que puedes llegar a pasear por depende de qué calles no es ni normal. No estamos en una ciudad grande, no es un barrio difícil, viven muchas familias y gente tanto mayor como joven. No entiendo a qué están esperando los políticos.

Podéis ver el artículo de denuncia aquí
Mientras que cada mañana cuando salgo de casa veo al cochecito de las multas pasar, cuesta más ver una patrulla al azar de policía o mossos que un cristal de un coche roto. Vuelvo a decir, no creo que estemos en una situación de vida o muerte, pero es cierto que la cosa ha degenerado bastante en estos cuatro años, no hay forma fácil de decirlo pero esto no se va a solucionar solo ni de coña. Y tampoco lo va a solucionar la policía o el ayuntamiento de una ciudad que prefiere hipotecarse infinito para realizar unos juegos del mediterráneo patéticos (solo acabaron medio funcionando gracias al desinteresado esfuerzo de los voluntarios y voluntarias), antes que invertir ese dinero en mejorar y arreglar los problemas que tienen sus calles.

Aunque estamos en año de elecciones, así que quizás sea el momento de ponerse las pilas y gritar bien fuerte. 

Desde el día en el que pisé este barrio he tenido claro que no iba a ser más que un pasajero momentáneo de él; no es un sitio en el que me vea, dentro de unos años, fundando una familia. Aún así le tengo cariño, he conseguido levantar mi negocio en él y he vivido cuatro años muy importantes de mi vida aquí (y los que me queden). Si para mí resulta triste ver cosas como la playa cerrada por una infestación de ratas, o las más de cien denuncias de roturas de lunas de los coches en lo que llevamos de año (uno de los culpables, me niego a creer que es solo un tipo, ha sido detenido en muchas ocasiones), no me quiero ni imaginar ver a los vecinos de toda la vida, que deben estar hasta las narices no, lo siguiente.


El ambiente del barrio se está caldeando, las injusticias están empezando a hacer mella y cuando algo se remueve... que espabilen nuestros supuestos líderes, que espabilen, o van a perder más que unas próximas elecciones. El problema de este barrio se les puede enquistar -por muy fuerte que chillemos todos juntos-, ya que puede llegar el caso en el que, como ya ha pasado, la gente de bien que puede sumar enteros al tejido social del barrio, salga corriendo a buscar sitios más tranquilos y saludables. 

En todos sitios cuecen habas, dicen, pero aquí hay muchas y muy gordas.

Mientras tanto la ciudad calla. Silencio. No vaya a ser que la historia se repita y en vez de atacar el problema en origen, el ecosistema urbano absorba los deshechos en otra parte, como supuestamente ha pasado ahora.